Hoy, comienzo de pretemporada, comienzo de ilusiones, primeros encuentros con la sensación del "gusanillo" en el estómago ante lo que nos motiva, esa "vuelta al cole" de cada periodo preparatorio en la que nos vemos atrapados por la incertidumbre excitante de lo que nos deparará este nuevo curso, sigo compartiendo contigo en estas entradas veraniegas esa serie de textos que, bien propios o bien para otros autores, como te decía la semana pasada, he escrito en los últimos años y que nos refresca publicaciones interesantes para los aficionados y técnicos de fútbol de todas las categorías. Hoy extraigo una parte del prólogo que escribí para David Casamichana Gómez, Jaime San Román Quintana, Julio Calleja Gonzálezy Julen Castellano Paulis: Los juegos reducidos en el entrenamiento del fútbol. Algo (estos juegos reducidos) muy del entrenamiento del fútbol, en general, y que en pretemporada, en los últimos años, aparece más si cabe cuando aún el juego a campo entero, el 11x11, el "partido", no se da, lo que hace que estas tareas cobren protagonismo. Tareas, en definitiva, que como todas las que se hacen tienen un sentido si encontramos una justificación para ello. En este libro, los autores, expertos en el análisis integral de estas tareas en sí, ayudan al entrenador a valorar cuáles y con qué carga pueden ser útiles en función del objeto del entrenamiento. Esto fue lo que compartí tras su lectura y que sirvió de prefacio a la obra.
" ...Y es que las aportaciones de David, Jaime, Julio y Julen, de alta relevancia para nuestro deporte, en mi opinión, sustentadas por el bagaje que en el campo de la ciencia aplicada al fútbol tiene cada uno de ellos, hacen de esta publicación una referencia para nosotros, los técnicos, en un momento tan importante donde, entiendo, empezamos a llegar a una profesionalización de nuestro deporte cercana a la que desde hace un tiempo vengo demandando, no solo por los medios o por las infraestructuras, sino también por un concepto clave: la especificidad.
Desde estas líneas planteo cuestiones acerca de estos juegos reducidos, puesto que los utilizo y los valoro como herramienta, pero los condiciono y los cuestiono como fundamento de un entrenamiento específico que, para mí, se ha llegado a desvirtuar en esa costumbre del ser humano de simplificar la complejidad, estandarizar para evitar salir de una zona de confort que nos tranquiliza pero limita, y huir de la realidad que nos acompaña de que nada es cierto. ¿Por qué esta reflexión? Porque he apreciado en mi entorno futbolístico la utilización de estas tareas como única fórmula para resolver todos los problemas, como comodín para cualquier sesión, cualquier objetivo, cualquier contenido. ¿Se juega, acaso, al fútbol, en un espacio reducido?
Los espacios reducidos, para mí, giran entorno a las siguientes aplicaciones:
- Utilización como afianzadores de conceptos claves en el fútbol que, al trabajarlos en espacios reducidos y con menos jugadores, favorecen la acumulación de experiencias en situaciones abiertas que crean un bagaje a nivel neuromotor para la mejora del desempeño, tales como los apoyos “alejándose” del poseedor, la creación de líneas de pase en diagonal dentro-fuera hacia delante, o fuera- dentro hacia atrás, la orientación para recibir de cara a portería contraria y el juego combinativo con parada o semiparada antes de pase; así mismo, en defensa, aspectos relacionados con la defensa en zona, orientación de la marca y presión.
- Utilización como tareas introductorias con transferencia a tareas inmediatamente posteriores (de espacios pequeños, con menos jugadores, a espacios amplios, propios del juego).
Nunca como elemento básico de la sesión: siempre supeditadas a un objetivo que se consumará posteriormente en una tarea principal. Válidas a diario como calentamiento, como introducción, como implementadoras de hábitos.
- Utilización en el día de la semana más alejado al partido anterior y posterior para combinar con tareas en campo entero y cumplir 90-100 minutos de trabajo total con cargas (no sólo condicionales: carga en general) similares a la de competición.
- Utilización como elemento lúdico, dándole una carga ajustada para poder ser utilizada en el día que se quiera.
Expertos como Casamichana, concretamente, con el que he tenido más contacto, me han hecho en los últimos tiempos darme cuenta de la importancia de interpretar los datos que las nuevas tecnologías nos dan en el contexto del juego. En relación con esto, y teniendo en cuenta mis aplicaciones de los juegos reducidos, aparece la idea de que gracias a la información que estas “máquinas” nos dan, tenemos una percepción real y objetiva de lo que pasa en competición y entrenamiento, y que el entrenamiento que se acerca a los parámetros de partido se revela como decisivo a la hora de tolerar la propia competición, no solo a nivel de rendimiento, sino también a nivel de amortiguar la carga lesiva o recuperar mejor, así como al de soportar la demanda de competiciones al año que el fútbol exige. De ahí que iniciativas como esta, donde los autores nos hacen una composición de lugar del escenario en que se mueven estas tareas tan utilizadas en fútbol, y que de tanto usarlas han llegado ser tomadas como rutina, con la consecuente pérdida de medida y cuantificación, pueden ayudar a poner en tela de juicio cómo se deben utilizar estas tareas, cuándo, por qué y de qué manera; algo imprescindible, para mí, si queremos volver a recuperar la perspectiva.
Los juegos reducidos son una de mis herramientas, no la base de mi trabajo en fútbol. Su especificidad está fundamentada si se acerca a la competición en reglamento, tiempo, espacio y transferencia al modelo táctico. Su utilización debe ser concienzuda y exigente con lo que nuestro equipo requiere, que es a su vez lo que la competición le demanda y por donde le conduce. Utilicémoslos en su medida, apoyados en la tecnología que nos informa de su impacto y démosle un valor conceptual para ayudar al jugador a crecer futbolísticamente.
Respetando todos los puntos de vista y transmitiendo que esta aportación propia es sólo eso, una aportación más dentro de la variada gama de ópticas que los profesionales del fútbol pueden darle a este enfoque, agradecer a los autores la posibilidad de participar en este ambicioso proyecto e insistir en que es un placer poder contar con ellos y sus investigaciones para hacernos, a los entrenadores, más sencilla esta de por sí compleja tarea que es poner de acuerdo a tantos universos diferentes (dentro del mismo universo) en cómo, cuándo y de qué forma llevar la pelota a la red".
La semana que viene seguiré con más textos técnicos y no tan técnicos, y me iré introduciendo en el repaso de aspectos de mis propias publicaciones (La planificación futbolística y La teoría y práctica del entrenamiento del fútbol) y podremos comprobar cómo van creciendo esas ideas de años atrás (seis años ya) con la modernidad del contexto del fútbol actual. ¿Seguirán teniendo sentido en este presente? Lo más sano sería que todo lo escrito hace tiempo requiriese una revisión por mi parte. Eso sería señal de que hemos evolucionado...¿O no? Quién sabe. Gracias y feliz semana.
Os dejo el enlace del libro aquí abajo.
Mucha Vida. Mucho Amor. Mucho Fútbol.
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