Comienza la liga. Y comienza antes de lo normal en España (aunque después de 2020, ¿qué es lo normal?). A la vez que el resto de grandes ligas a excepción de la Serie A. Una sincronía que sería de agradecer cada temporada para ajustar calendarios; pero tendríamos que hablar también de número de equipos por liga, de coordinación con las convocatorias de selecciones nacionales de las federaciones de cada país, de derechos de imagen y de un sinfín de cosas que la hacen más complicada de lograr aún. Un ideal que aún no se ha logrado y que beneficiaría a los jugadores, sobre todo, en busca de un rendimiento sostenible y menos lesivo. Veremos por dónde nos lleva el futuro. Pero vamos, que en cuanto a lo de la prontitud en el inicio se refiere, sé que pese a que haya muchas ligas empezadas, con calendarios establecidos por año natural, para los europeos, que podemos autoproclamarnos inventores del fútbol moderno (con el permiso de la England FA), el 30 de junio es el final y el verano, con su mercado de fichajes, la salsa de las vacaciones para los aficionados y de las pretemporadas para los profesionales.
Tema fichajes. Tras el inicio, la ventana de traspasos seguirá abierta casi tres semanas. Dependiendo de cómo se enfoque, bueno o malo, como decía la fábula. Equipos que disputarán tres jornadas sin la plantilla completa pero que podrán disponer de jugadores que han empezado con un nivel alto en otros equipos. Raro, desde luego; habrá casos en los que un comienzo irregular podrá permitir firmar a jugadores de mayor nivel por un menor valor de mercado. Qué sé yo; los entrenadores tendrán al plantel completo después de entrenar casi dos meses con jugadores que pueden pasar a un segundo plano tras el cierre de mercado, con lo que puede que necesiten volver a establecer ciertas rutinas con los nuevos que ya empezaban a implantarse en los que estaban presentes desde el día uno. ¿Bueno o malo? Como siempre, al entrenador, que es el enfoque principal desde el que miro la realidad en este blog, le hace falta capacidad de adaptación. Y esto es lo que hay. Si lo tomamos como un reto, como un juego, como un estímulo, no solo nos divertiremos: seguro que hasta haremos de la dificultad virtud.
Resultados. Reconozco que lo que más me tira es lo que pasa en mi país, en mi liga, en la Liga Santander y la Liga Smartbank. Las demás competiciones las miro más por colegas y amigos involucrados que por la propia pasión de aficionado; el perfil profesional, por su parte, queda para atender a aquellos campeonatos donde hay posibilidades de trabajar. Así, pues, de lo visto, nada sorprendente en España: ni en Primera ni en Segunda, a excepción quizás de la derrota del Éibar, recién descendido, y del que suponemos en lucha por ascenso todo el año, y de la victoria de la Real B ante un Leganés también candidato a promocionar. En Premier, la victoria del recién ascendido Brentford ante el Arsenal fue lo más llamativo. El españolizado Watford también comenzó su curso de retorno a la máxima categoría ganando y, de los dos gallitos que se enfrentaban, Spurs y City, el Tottenham se hizo con los tres puntos. Resultados de los que sacar pocas conclusiones (el Bayern empezó empatando en Alemania y el Lille debutó con una derrota cero a cuatro en casa…) con el mercado abierto, la Eurocopa, Copa América y JJOO sin descanso de por medio, condicionantes todos que exigirán unas semanas más para que los equipos adquieran velocidad de crucero y poder valorar, entonces, patrones con cierta correlación y, a veces, hasta causalidad…
Vuelta a la normalidad. Rara, pero vuelta. Después de enganchar la 19-20 con el COVID y el verano 2020 con lo que quedaba por disputarse, la 20-21 sin solución de continuidad ha sido larga y muy pesada para los profesionales; por si fuera poco, todas las competiciones internacionales concatenadas que no se habían podido disputar por la pandemia se han metido «a capón» este verano y se han podido sacar adelante, eso sí, con un esfuerzo extra de jugadores apenas sin vacaciones (Pedri o Pau Torres son un ejemplo de ello en España). Todo para que esta 21-22 recuperase un ritmo propio de nuestra cultura, de los tiempos a los que todos estábamos acostumbrados. Y, lo mejor de todo, con la afición en los estadios. Viva el fútbol.
Que tengas una feliz semana.
Mucha Vida. Mucho Amor. Mucho Fútbol
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