Llega el primer parón internacional por selecciones y el balance es positivo. Tras un comienzo de liga bastante regular (tan solo una derrota) nos presentamos en esta primera parada obligada como líderes. Siendo crítico, todo puede ser susceptible de mejora; a todas las tuercas le podemos dar una vueltecita más. Pero eso no es óbice para sentir que, de todas las situaciones posibles (aunque sea temporalmente), esta es la mejor. En dos semanas reanudaremos la competición. Seguiremos en esta línea de autoexigencia para que el equipo se pueda mantener ahí arriba hasta el final, pese a que no será fácil. En ninguna liga profesional, en ningún campeonato.
El fútbol progresa de manera general a todos los niveles, y eso se nota… El nivel competitivo de los rivales no sabe de presupuestos o historia, de títulos o nombres; la globalización positiva ha permitido que todas las técnicas, metodologías, habilidades o formas de jugar lleguen a cualquier lugar del mundo y estoy convencido de que eso ha impulsado una mejora de todos a la vez y de manera progresiva: es una contaminación positiva. Ver lo que hacen los mejores en cualquier lugar y en cualquier momento permite el aprendizaje (por imitación), con lo que los potenciales se estimulan simultáneamente en Pekín o Camberra, desde Madrid hasta Manila. La dificultad para superar a los rivales se pone de manifiesto en todas las competiciones profesionales, y la STC Kuwait Premier League no es ajena a ello. En los próximos días, con este parón, tendremos ocasión de ver las dificultades ante las que se encuentran las grandes selecciones nacionales para superar sus encuentros de clasificación. Es una realidad que no obedece a un cambio repentino ni de la actualidad más inmediata, pero que siento que de unos años para acá se ha acentuado y que está en crecimiento exponencial. Es bueno para el fútbol.
No sé para dónde irá ni a dónde llevará al juego. En tiempos de crisis las burbujas inflacionarias se pinchan y el negocio de fútbol no es ajeno a la realidad social; al contrario, forma parte de ella y es un pilar económico importante en Europa y América, sobre todo, aunque en Europa suponga aún más a las economías, a nivel sistémico, de los países que disfrutan de las grandes ligas. Aunque descendieran los ingresos o se deflacionaran los traspasos o los grandes contratos, tengo la sensación de que el fenómeno de la conexión global ayudaría a que la comunicación se mantuviera y que el fútbol de máximo nivel no dejase de llegar a todos los rincones, manteniéndose la retroalimentación de los jugadores de todo el mundo en su ánimo de mejorar.
Ese placer por el propio juego y la imitación de los ídolos, por encima de todo, por parte de los niños, y la pasión de los entrenadores por poner en práctica lo que observan en el fútbol que siguen hará que la bola de nieve sea más y más grande en menos tiempo. Con más o menos crisis, con mayores o menores ingresos, el juego, siempre presente, incorruptible y sempiterno, estimulará ese aprendizaje- conocimiento y seguirá igualando a Zidanes y a Pavones, a Guardiolas y a Bordalases. Algo maravilloso, sin duda, pues no hay nada más divertido cuando se juega a cualquier deporte o juego que tener enfrente alguien que te exige un esfuerzo (a tu alcance, por supuesto, aunque sea grande) para poder superarlo.
Dos semanas sin competición nos permiten tiempo, que hasta ahora no tuvimos, para ayudar al jugador a seguir mejorando, a seguir estimulando sus potenciales. Tras el parón de selecciones, estas dos semanas nos dirán si hemos podido o sabido aprovechar el tiempo para llevar a los chicos a un lugar diferente al que están viviendo ahora. Ojo, eso no asegura resultados. Los mayores cambios en el rendimiento, sin duda, no los destacan los marcadores ni las tablas de clasificación. En el día a día, en el partido a partido, el ojo del experto, subjetivo, es mucho más certero.
Que tengas una feliz semana.
Mucha Vida. Mucho Amor. Mucho Fútbol
First stop
The first FIFA window break arrives and the balance is positive. After a quite regular start of the league (only one defeat) we are in this first stop forced to be leaders. Being critical, everything can be susceptible of improvement; to all the nuts and bolts we can give one more turn. But that does not prevent us from feeling that, of all the possible situations (even if only temporarily), this is the best. In two weeks we will resume the competition. We will continue in this line of self-demanding so that the team can stay up there until the end, although it will not be easy. In no professional league, in no championship.
Football is generally progressing at all levels, and you can feel it... The competitive level of the rivals does not know about budgets or history, about titles or names; positive globalisation has allowed all techniques, methodologies, skills or ways of playing to reach any place in the world and I am convinced that this has led to an improvement for everyone at the same time and in a progressive way: it is a positive contamination. Seeing what the best do anywhere and at any time allows for learning (by imitation), so that potentials are simultaneously stimulated in Beijing or Canberra, from Madrid to Manila. The difficulty of overcoming rivals is evident in all professional competitions, and the STC Kuwait Premier League is no exception. In the coming days, with this break, we will have the opportunity to see the difficulties that the big national teams face in order to overcome their qualifying matches. It is a reality that is not due to a sudden change or the most immediate current events, but I feel that from a few years to here has been accentuated and is growing exponentially. It is good for football.
I don't know where it will go or where it will lead to in the game. In times of crisis, inflationary bubbles burst and the football business is not alien to social reality; on the contrary, it is part of it and is an important economic pillar in Europe and America, above all, although in Europe it means even more to the economies, at a systemic level, of the countries that enjoy the major leagues. Even if income were to fall or transfers or big contracts were to deflate, I have the feeling that the phenomenon of global connection would help to keep communication going and that top-level football would not stop reaching all corners, with feedback from players all over the world in their drive to improve.
That pleasure in playing the game itself and imitating idols, above all by children, and the passion of coaches to put into practice what they see in the football they follow will make the snowball bigger and bigger in less time. With more or less crisis, with more or less income, the game, always present, incorruptible and everlasting, will stimulate that learning - knowledge and will continue to equal Zidanes and Pavones, Guardiolas and Bordalases. Something wonderful, no doubt, because there is nothing more fun when playing any sport or game than having someone in front of you who demands an effort (within your reach, of course, even if it is great) in order to overcome it.
Two weeks without competition allows us time, which we didn't have until now, to help the player continue to improve, to continue stimulating his or her potential. After the stop of selections, these two weeks will tell us if we have been able or known to take advantage of the time to take the boys to a different place to the one that they are living now. Warning, this does not guarantee results. The biggest changes in performance are certainly not highlighted by the scores or the league tables. On a day-to-day basis, in the match by match, the expert's eye, which is subjective, is much more accurate.
Have a happy week.
Lots of life. Much Love. Lots of Football
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