Aquí sale muy temprano, además. A las 5:30 am, los primeros rayos del astro rey asoman por los resquicios que las cortinas dejan entre ellas y la ventana para dar aviso de que el nuevo día ya anda por ahí; de que ya es momento de empezar a funcionar, más si cabe cuando durante el día pueden llegar a alcanzarse, aún en esta época del año, hasta 47 grados de temperatura. Si hay que hacer algo, mejor hacerlo pronto; si no, déjalo para cuando caiga la tarde…
No tengo previsto cambiar mis costumbres tan rápido. Adaptarme sí, por supuesto. Pero hay cosas que no van a cambiar por mucho madrugar, con lo que no es ni siquiera posible el cambio. Si el entrenamiento del equipo aquí fuera por la mañana, quizás pudiera tener sentido levantarse con el sol (algo para lo que nuestros ritmos circadianos nos tiene preparados sin esfuerzo alguno), pero teniendo que entrenar ya de noche, y sin poder acostarse con la antelación suficiente para poder dormir un reparador sueño de ocho o nueve horas, la hora de despertarse tiene que posponerse. Eso sí, con la ventaja de que, aunque se madrugue como en España, siempre que uno se levanta de la cama es de día. Si nuestros ritmos están para algo, y esto pasa en España, no son para despertarse cuando aún no ha amanecido. Pero para lo de vivir de noche te invito a que leas este artículo y empieces a documentarte.
https://as.com/diarioas/2020/09/11/actualidad/1599819667_450645.html
Hablando solo de fútbol, estas tardes de entrenamiento, por fin, ya han comenzado. Tras el sinuoso camino recorrido para salir de España y llegar hasta aquí, más la cuarentena, “bajar” al entrenamiento de cada día parece un milagro. A la mañana de trabajo preparando la sesión vespertina le sigue un rato para nosotros y nuestros quehaceres para empezar a media tarde el trabajo en el campo con los jugadores. Una semana de dobles sesiones, menos habitual en estos lares, con el balón como protagonista por las tardes, ha roto la cotidianidad de las rutinas kuwaitíes pero ha provocado una respuesta muy positiva en los futbolistas, con muchas ganas ya de entrenar y poder preparar la próxima competición con su cuerpo técnico a la cabeza. Todos los jugadores necesitan un líder, y ese está dentro del grupo… Pero todos, sin excepción, necesitan un entrenador.
Entrenar por la tarde como rutina me hace adaptarme de nuevo a unos hábitos que, allá por finales de 2014, experimenté en Emiratos Árabes Unidos. El calor, la humedad y diferentes factores ambientales asociados a este único contexto pierden importancia cuando saltas al césped. Esta semana me venía a la cabeza que, con estas temperaturas, seguramente, no hiciéramos un solo entrenamiento el año pasado en Málaga, por ejemplo. Ni en verano. Y que, si por cualquier motivo, hubiéramos tenido que entrenar ante un clima semejante, hubiéramos aprovechado las horas del día y las zonas de sombra. Aquí, en Kuwait, me doy cuenta, una vez más, de que es muy fácil encontrar una excusa al rendimiento. Es obvio que las condiciones climáticas ideales se alejan mucho de jugar a más de 40 grados, pero no es una obviedad, seguramente, que el rendimiento de estos chicos a esta temperatura sea muy alto y sus entrenamientos rallen a gran altura.
Cuando no se sabe de qué hablar, se saca el tema del tiempo, del clima; hoy, para hablar de esta primera semana, de la que podría decir mil cosas, no es baladí centrarme en ello. Tras el primer microciclo de pretemporada, encarrilando la que puede ser la segunda y última, o quizás la segunda de tres (cosas de la COVID-19), y con un sinfín de experiencias interesantes a nivel futbolístico, me parecía importarte situarte en el contexto. Puede ser que después de mis experiencias, mi etapa de seis años en lo más alto, y la cantidad de dificultades que he vivido para poder comenzar esta nueva andadura junto a un hermano, sea apropiado dar por iniciada la pretemporada con un artículo que me recuerde que, aunque aquí sea más temprano, salir, siempre sale el sol. Cada día. Sin excepción.
Que pases buena semana. Desde Kuwait City,
Mucha Vida. Mucho Amor. Mucho Fútbol
The sun always rises
Here it comes out very early, too. At 5:30 a.m., the first rays of the star king appear through the gaps left by the curtains and the window to warn that the new day is already here; that it is time to start working, even more so when during the day they can reach, even at this time of the year, up to 47 degrees of temperature. If something has to be done, it is better to do it soon; if not, leave it for when evening falls...
I do not plan to change my habits so quickly. Adapting, yes, of course. But there are things that will not change no matter how early you get up, so change is not even possible. If the team's training here was in the morning, it might make sense to get up with the sun (something our circadian rhythms have us prepared for without any effort), but having to train already at night, and not being able to go to bed early enough to get a good eight or nine hour sleep, the time to wake up has to be postponed. That's right, with the advantage that, although you get up early like in Spain, whenever you get out of bed it's daytime. If our rhythms are for something, and this happens in Spain, they are not for waking up when it is not yet dawn. But to live at night, I invite you to read this article and start researching.
https://as.com/diarioas/2020/09/11/actualidad/1599819667_450645.html
Speaking about football only, these afternoons of training have finally begun. After the winding road travelled to get out of Spain and get here, plus the quarantine, "going down" to the daily training seems like a miracle. The morning work preparing the afternoon session is followed by some time for us and our chores to start at mid-afternoon the work on the field with the players. A week of double sessions, less usual in these parts, with the ball as the starring in the afternoon, has broken the daily routine of the Kuwaiti routines but has caused a very positive response in the players, with many desire to train and prepare the next competition with his coaching staff at the head. All players need a leader, and that one is within the group... But all, without exception, need a coach.
Training in the afternoon as a routine makes me adapt myself again to some habits that, by the end of 2014, I experienced in the United Arab Emirates. The heat, humidity and different environmental factors associated with this unique context become less important when you jump onto the grass. This week it came to my mind that, with these temperatures, surely we wouldn't do a single training session last year in Malaga, for example. Not even in summer. And that, if for any reason, we had to train in front of a similar climate, we would have taken advantage of the hours of the day and the shaded areas. Here in Kuwait, I realize, once again, that it is very easy to find an excuse for performance. It is obvious that the ideal weather conditions are far from playing at more than 40 degrees, but it is not obvious, surely, that the performance of these kids at this temperature is very high and their training is near the top flight level.
When you don't know what to talk about, you bring up the subject of the weather, the climate; today, to talk about this first week, of which I could say a thousand things, it is not insignificant to focus on it. After the first pre-season training week, heading for what could be the second and last one, or maybe the second of three (COVID-19 stuff), and with an endless number of interesting experiences on a football level, I thought it would be important to put you in context. It may be that after my experiences, my six-year stint at the top flight level, and the amount of difficulties I have experienced in order to start this new journey with a brother, it is appropriate to start the preseason with an article that reminds me that, although here the sun rises earlier, the sun always rises. Every day. Without exception.
Have a good week. From Kuwait City,
Lots of life. Much Love. Lots of Football
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